Es la reedición de este libro, esta vez como un libro objeto.
Una galería de espejos, reflejos de tesoros ocultos,fórmula etérea para el pudor de lo inconfesado.
Un bruma, los espejos, los recuerdosy el reflejo del llanto de una niña pequeñaa la que su madre intenta calmarNo llores, no llores, … es una voz angustiaday el sonar que recorren el rostro que ha sentido por primera vez la ausencia. Esa ausencia, que también somos, mira su reflejo, se hace carne. Observando los ojos que se reconocen por primera vez en su dolor indomable.
La encuadernación estuvo a cargo de Sergio Gatica con su editorial Cola de Gato.